Hoy, en Perú, celebramos 1 año desde que nuestro ex-presidente Martín Vizcarra anunciará un domingo 15 de marzo las nuevas disposiciones para evitar el contagio del COVID-19, por lo que, decreto por 15 días una cuarentena total, con suspensión de actividades, horarios para salir, y usar nuestro habitual tapabocas como parte importante de nuestro conjunto de vestimenta. Lo que empezó como una medida de 15 días, se volvió casi 4 meses, hasta que un julio del 2020, se anunciaba la casi reactivación total de la economía, por lo que, se pudo salir de casa y volver al mundo que tanto extrañábamos.
Lo que empezó como una medida de 15 días, se volvió casi 4 meses, hasta que un julio del 2020, se anunciaba la casi reactivación total de la economía, por lo que, se pudo salir de casa y volver al mundo que tanto extrañábamos... y para nuestro asombro, el mundo no acabó ni se detuvo con nosotros, mientras nosotros paralizábamos nuestras actividades y nos encerrábamos para evitar el contagio, la vida afuera seguía haciendo lo suyo: las estaciones cambiaban, las aves volaban, los animales seguían corriendo por su hábitat, el mar seguía ondeando, el río seguía su curso, el clima cambiaba según la estación... es decir, nos dijeron: "la vida no necesita del ser humano".
Nuestra vida trato de seguir su rumbo, pero la naturaleza dijo: "un momento, aún no debes salir", es así que el virus mutó y ahora tenemos más de 20 variantes, por lo que en febrero de este año volvimos al encierro, y recién ayer 15 de marzo, hemos podido regresar a nuestras actividades, pero con algunas restricciones.
Entonces, ¿qué hemos aprendido durante el curso de este año? No hay mucho por decir, pero podemos enumerar:
El mundo estaría mucho mejor si el ser humano no abusará de ella.
Un virus es más fuerte que cualquier fuerza armada.
Todo lo que necesitas está en la calidad del hogar, el resto es sólo superfluo.
El papel higiénico es muy importante para muchos sectores.
Cada uno es responsable de cómo acatar las normas que disponen los líderes políticos, pero todos somos buenos ciudadanos cuando salimos en cámara.
El peor enemigo del ser humano, es la prensa amarilla.
Muchos prefieren morir en una buena juerga, que encerrarse.
Si no vives en carne propia lo que es sufrir, nunca vas a aprender.
Es muy posible que este análisis sirva para cualquier ser que vive en cualquier parte del mundo, pero esto es lo que más nos ha enseñado este año a los peruanos, mientras unos estamos en casa acatando las normas, muchos otros están de fiesta en fiesta, de viaje en viaje... y luego, sólo piden que los ayuden porque necesitan una cama en UCI. Para un país tercermundista como el nuestro, dónde los valores y principios, así como la formación cívica se ha ido perdiendo, dónde más del 50% de los trabajadores son informales, la pandemia nos ha traído una fuerte recesión, falta de trabajo y una alta tasa de desempleo.
De lejos se entiende que las familias deben vivir al día para poder cubrir sus necesidades básicas, pero esto también pone en debate cuáles han sido las soluciones que han hecho nuestros presidentes durante su tiempo de gobierno, si bien, en algunos sectores se ha avanzado, aún tenemos mucho por trabajar, los sectores que más fueron golpeados son: la salud, la educación y el turismo. Es por eso, que debemos empezar a trabajar por hacer mejores personas, por volver a inculcar valores y principios, por vigilar qué se está consumiendo en señal abierta (aún no entiendo cómo muchos sectores no podían trabajar, mientras que un programa en horario infantil se pasó toda la pandemia haciendo el ridículo en televisión reforzando estándares de vida y belleza nocivos para la sociedad).
Estamos empezando un nuevo año, aún no sabemos qué nos traerá, estamos a puertas de elecciones, vacunas que se están distribuyendo de a pocos, un año escolar que puede retrasarse y otras debilidades que tenemos como sociedad, pero si seguimos haciéndonos los "vivos" y viviendo en esta cultura de informalidad y de "sálvese quién pueda" , vamos a repetir todos los errores que se cometieron el año pasado, la responsabilidad ya no es sólo de las autoridades -mis palabras no demeritan la importancia de ellos para dirigirnos como país-, pero también es importante que cada uno de nosotros pongamos el esfuerzo para salir de esta.
Se fue el 2020, un año que ninguno quiere recordar, pero estamos finalizando el 1er trimestre del 2021, y todo apunta a que será casi similar al año pasado, así que sigamos en la lucha, sigamos los lineamientos de distanciamiento social impuestas, luego, no lloremos porque en nuestras familias alguien le dio la enfermedad porque no seguimos los protocolos.