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Convivencia


Se dice que el ser humano es un ser social por excelencia y que parte de nuestra identidad es estar en grupo y crear sentido de pertenencia, pero, ¿es verdad que estamos destinados a estar siempre en grupo o es posible que podamos estar solos sin necesidad de sentir soledad? Bueno, es posible que no todos nacemos para estar siempre en grupo y somos parte de esa minoría llamada "antisociales", pero... ¿acaso no todos hemos sido antisociales en algún momento?


Desde que llegamos al mundo estamos en una familia, la cual puede estar incompleta o ser bastante grande, algunos -con suerte- tienen su propio espacio, pero sé que en nuestro país lo más común es que compartas el espacio con tus hermanos, y algunas veces con más personas; es así, que lo primero que te enseñan es compartir, y con el tiempo debes a empezar a forjar todas esas cualidades de sociedad: compartir, convivir, cohabitar. Mientras eres niño, todo es divertido, puedes pelearte con tus hermanos o primos pero al instante vuelven a hablarse, se olvida todo y sigues jugando, aunque hayas tirado abajo la torre de bloques o botado la pelota lo más lejos porque no te incluyeron en el equipo, etc.


Sin embargo, con el pasar de los años, principalmente a partir de la adolescencia, sientes que todo eso que compartiste con tu familia, también lo quieres sólo para ti -sí, nuestro sentido del egoísmo-, es así que luchas por tu espacio, tus cosas, tu lado del clóset, tu televisor, tu celular, tus amigos... es decir, tu independencia, tu pertenencia y, aunque sigamos conviviendo con los otros, esperas que respeten ese lado privado que buscas, pero si tienes una madre como la mía, te dirá: "todo lo que es de la casa se comparte".


Como les conté en posts anteriores, no siempre tuve un cuarto propio, mucho tiempo compartí el espacio con mis hermanos, inclusive un tiempo intercambiamos camas, hasta que decidimos cuál era para quién, ya en 3ro de secundaria hacia adelante tuve mi cuarto propio -las ventajas de ser el hermano mayor-, pero eso no impedía que igual tus hermanos tomaran tu espacio... sí, muchas veces entraban, abrían el closet y sacaban ropa -y no sólo para ellos sino para sus amigos-, es así que varias veces no encontraba algún polo, camisa o jean... y dónde lo encontraba?? en la cesta de ropa sucia, ya no voy a mentir, en el cerro de ropa sucia de mis hermanos.


¿Qué otros problemas podrían ocurrir? Podría poner miles de ejemplos como: semana de parciales y tus hermanos con sus amigos haciendo fiesta en la sala, pelear por el televisor, tener que pelear por el uso de la ducha, especialmente con uno de mis hermanos que escuchaba que terminaba de tomar desayuno y se iba corriendo a bañarse cuando debía alistarme para ir a trabajar.


Sí, vivir aún en familia trae sus desventajas, pero también trae ventajas, es así que podías chantajear a tus hermanos para que hicieron cosas por ti a cambio de no decirle nada a tus viejos, organizar fiestas juntos a escondidas de tus viejos, usarlos de cuartadas para estar en otro lugar diferente a dónde debías usar, y, cuando tenemos los mismos amigos, salir de fiesta y llegar tarde porque al final estamos todos juntos; y sí que todas estas hacíamos constantemente, recién hace unos años mis papás se enteraron que nuestra casa era el punto de las fiestas cuando mis hermanos y yo asistíamos al grupo del coro y del teatro de la parroquia.


Ya luego, algunos nos marchamos, yo me fui un par de meses antes de casarme y ahí empieza otra historia, ¿cómo logras vivir 24 horas con la persona que amas?, es un reto por más que creas que irte de viaje o pasar unos días juntos es suficiente, la verdad es que cuando se convive sale a relucir muchas cosas:

-¿Quién cocina?

-¿Quién hace las compras?

-¿Qué lado de la cama le corresponde a quién?

-¿Qué comidas le gusta a ambos?

-¿Quién limpia, principalmente el baño?

-¿Qué música escuchamos mientras pasamos el día?

-¿Qué series o películas vemos?

-¿Roncará?

-¿Se moverá mientras duerme?

-¿Cómo es cuando se enferma?

-¿Cómo se comporta cuando regresa del trabajo?

-¿Cómo es cuando está enajod@?


Puedes tener una relación larga, pero este y muchas otras cosas saldrán a la luz, posiblemente no durante la primera semana o los primeros meses, pero luego, cuando ya la convivencia es más natural, se empieza a notas todos esos detalles y, si no tenemos paciencia, es posible que se empiecen las peleas como en esa película absurda de Jenifer Aniston: "Viviendo con mi ex", dónde los protagonistas se peleaban por detalles que en situaciones normales podrían resolverse sin llegar a esos extremos, pero son muestras que cosas muy pequeñas pueden hacernos explotar. Seamos conscientes de que uno viene con sus costumbres, y lograr el balance a veces es difícil, mis manías -que pueden ser aceptadas o no- son:

-Si estoy molesto, no me hables, quiero estar en silencio un buen rato.

-Llego de trabajar y lo primero que hago al entrar es quitarme los zapatos, luego la camisa y todo mientras llego a la habitación, es decir, los zapatos en la sala, la camisa en el respaldar de una silla, etc.

-Debo limpiar todo antes de bañarme.

-No puedo dejar la toalla mojada en la cama o en el suelo.

-Tiro la ropa sucia al suelo, que es señal de que debe ir al costal o a la lavadora.

-Nadie puede mover los adornos de su lugar o cambiarlos sin avisarme.

-Amo las series, es así que tengo mis horarios por días.

-Los domingos es para estar todo el día en cama, y desayunar entre las 10 y 11am.


Es así que durante el primer año que estuve casado, tuvimos que mediar estos detalles y los de ella, aún recuerdo la primera vez que nos quedamos todo el domingo en cama sin hacer nada, lo que para ella le parecía raro porque en su casa, los domingos es como cualquier día, en mi familia, es lo contrario; también está lo de dejar mis "migajas" de ropa, lo que al final lo cambié a ir al cuarto y cambiarme todo ahí. Las series era otro problema, a cada uno le gustaba géneros diferentes, gracias a Netflix, nos pasábamos unas horas cada uno con su celular y sus audífonos.


Y sí, también existen las ventajas: principalmente fue en las comidas, ambos teníamos los mismos gustos por lo que no tuvimos problemas y pude dejar de comer cosas que no me gustaban y que a ella tampoco (adiós ajiaco, chanfainita, arvejas), y también conocimos recetas que no sabíamos; el lado de la cama no fue problema, pero sí adecuarnos, ya que ella se movía sin parar... y las ganas de viajar, lo cual programamos desde meses de anticipación, por lo que debíamos elegir los destinos según los gustos: 1 de playa (por mí) y otro en la sierra (por ella). Los sábados de pizza y vino, o de pisco sour, el salir a bailar porque se nos antojó o ir a un bar sólo porque ya, un día de no hacer nada... la lista de compras.


Ya luego de la separación, estuve unos 2 años y medio solo, así que la convivencia no fue difícil pero logró que me volviera más "egoísta" porque todo estaba según como YO quería, es así que cuando vinieron mis roommates, tenía muchas manías que debía controlar, como el orden de las utensilios de cocina o la limpieza diaria del hogar, principalmente cuando Juit cambia de pelaje, pero eso me sirvió a entender que el diálogo es muy importante para superar esos "pequeños" obstáculos:

-Horario para el uso de la cocina.

-Horario para limpiar el departamento, lo que vendría a ser qué día nos tocaba a cada uno.

-La separación de las despensas.

-Las visitas.

-Las reglas del edificio.


Además, debo agradecerles que cuidaron muy bien a Juit, si bien se olvidaban a poner el papel en la cocina al salir, ella siempre tenía agua y comida, inclusive dormía con ellas, y cuando la buscaba, escuchaba que abrían la puerta y Juit salía de puntitas.


Lo que sí nos fue difícil, fue el uso de la cocina -aún es difícil-, ya que cuando dejé de trabajar, todos queríamos usar a la misma hora el espacio, por lo que, opté por pensar que seguía en mi horario de oficina, así que cocinaba en las noches para que podamos tener el espacio más tranquilo, porque 3 personas en la cocina, cada uno haciendo algo diferente, era medio terrible, las cosas se caían, se quemaba algo o nos chocábamos... ese ha sido el tiempo que más se ha usado la sala y el televisor que está en ella, ya que, al ser el espacio común, ellas siempre estaban afuera conversando mientras veían alguna serie o alguna película, a veces me unía, pero prefería darles su espacio y me quedaba en el cuarto.


Ahora, cómo les puse en el post de cuarentena, actualmente estoy viviendo con mi hermano, por lo que hemos debido aprender una nueva experiencia y recordar esos viejos hábitos de niños, si bien no somos muy comunicativos y cada uno vive de forma independiente, igual hay puntos que debemos balancear y tolerar, pero eso será para un nuevo post.


Se han percatado que al final los puntos importantes de la convivencia es: respeto y tolerancia, no podemos convivir con otras personas si no respetamos los espacios y no toleramos sus costumbres, es ahí dónde debemos lograr ese balance, posiblemente poner las reglas del juego te ayuden desde el inicio, otras veces las estableces desde que firmas el contrato, otras las pone el jefe de familia, pero si no hay un diálogo genuino y honesto, posiblemente no logres disfrutar ese momento, y termines peleando por detalles que se pueden solucionar fácilmente o que te tragues los malos ratos y llegue un momento dónde explota la bomba atómica.


Así que si vas a vivir con alguien (familia, amigos, novi@) ten en cuenta:

-Pon las reglas del juego desde el inicio y que ambos estén de acuerdo.

-Conversen de lo que cada uno espera de vivir juntos.

-Cuentas claras, amistades duraderas (ten recibos).

-Arma tu horario, como en el colegio, para establecer la limpieza del hogar.


Ahora, disfruta... si bien habrá siempre problemas, parte de la convivencia es lograr tener esos momentos juntos para lograr los vínculos de amistad.



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