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Detenidos en un momento


¿Qué es lo primero que piensas cuando ves a un bebé o a un niño (a)? En mi caso: "tiene toda la vida por delante", son como cuadernos en blanco que recién empezarán a escribir sus páginas, crearán sus propias historias y sus propios capítulos. ¿Qué es lo primero que piensas cuando ves a un anciano (a)? En mi caso: "ha vivido toda una vida", ya tienen varios tomos en su haber, están cerrando la última parte de la saga y ven cómo sus descendientes escriben las suyas.


Pero, ¿qué pasa con todos los que estamos entre ellos?... bueno, estamos escribiendo nuestra historia, capítulo por capítulo, personas van, personas ingresan, tenemos a los protagonistas y a los antagonistas; seguimos uno a uno el día, a veces hasta de forma mecánica y un buen día nos percatamos que estamos detenidos en un momento, en un hecho que nos marcó para siempre.


Estar detenidos en un momento es seguir un círculo vicioso del que no podemos salir, seguir imaginando un hecho o un lugar que nos detiene, es pensar una y otra vez en qué hubiera pasado si. Lamentablemente, el ser humano tiene esa intención de querer cambiar el pasado, y nos imaginamos una y otra vez situaciones para remediar aquello que ya pasó.


I. "Y si".-

Estar detenidos en un tiempo es conservar una o varias ideas en nuestra cabeza con la finalidad de "arreglar" ese momento que no podemos cambiar, es dejar de transitar dolores, de seguir el camino y aferrarnos con toda nuestra fuerza al pasado, a un ancla. ¿Cómo lo verbalizamos? Con el popular "y si", nos encanta analizar varias situaciones en cómo arreglar eso que ya ocurrió, pero no hacemos nada por cambiar el presente, porque es mucho más fácil no sentir dolor.


El quedarnos en el "y si" es dejar de transitar dolores, es mantenernos en el pasado, es revivir una y otra vez una situación que ya es imposible arreglar... pero somos humanos y es parte de nuestra vida, es más, es posible que tenemos muchos anclas, principalmente por como definimos nuestras relaciones:

  • Los padres están peleados con sus hijos... los hijos detestan a sus padres.

  • Hermanos que nunca más se hablaron.

  • Parejas que guardan un resentimiento y una vez que terminan, nunca más se vuelven hablar.

  • El dolor con uno mismo.

  • Familiares que, aún después de muertos, siguen peleados.

No importa el ancla que nos tiene en el pasado, ya que, todos tenemos a quién perdonar o pedirle perdón, y así daremos el paso más importante: SEGUIR ADELANTE. Sé que es fácil decirlo, y que muchas veces preferimos dejar las cosas cómo están, principalmente por el miedo a lo que nos pueda pasar al hacerlo. Es tan difícil dar ese paso, no sólo perdonar a un externo, sino también perdonarnos, y preferimos castigarnos una y otra vez.


En mi vida he tenido unas cuántas anclas (si deseas dile cruces por motivos religiosos), y como todos, imagine cómo hubieran sido las cosas si hubiera tomado una decisión diferente, si alguno cree en las líneas temporales, fácil en varias líneas temporal no haya cometido ninguno de esos errores, pero mi consciente sólo esta viviendo esta línea, con todos esos errores que tuve a los quince, a los diecisiete, a los veintitrés, a los veintiocho, a los treinta... a los treinta y cinco... como ven, tengo algo más de 7 anclas, pero llegó un momento, más gracias a esta cuarentena, que tuve que analice qué ocurría en verdad.


II. El Perdón.-

Suena tonto y hasta sacado de la religión, pero el único paso que nos quita todo el dolor que jalamos, es perdonar o pedir perdón, soltar la culpa, dejarla ir... la culpa es ese ancla que nos detiene en algún momento de nuestro pasado, es la forma en que nos castigamos una y otra vez por un hecho que no podemos cambiar, pero que para dar el siguiente paso es importarte abrir ese dolor y animarnos al perdón.


Es importante que nos animemos a avanzar, a dejar de repetirnos las mismas respuestas, a seguir pensando en los mismo problemas... ¿qué tan difícil es tomar el teléfono y hablar con ese familiar que dejamos de hablar por una tontería?, ¿qué tan difícil es ir a buscar a tu padre/ madre y sólo decirle que lo amas?, ¿qué tan difícil es dejar de sentir el dolor por un amor que terminó?


Ningún paso va ser difícil, inclusive rondar la idea lo será, porque es parte de nuestra humanidad, porque es nuestro orgullo, siempre vamos a imaginar que quién pide perdón es el débil... te doy una primicia: NO ES DÉBIL QUIÉN PERDONA, ES LIBERADO y como recompensa dejamos de seguir estancados en ese momento.


¿Por qué seguir castigándonos? Por que es más sencillo no dejarnos avanzar, es más fácil seguir cargando la culpa, es más fácil imaginar "y si" una y otra vez, y nos mantenemos en ese círculo vicioso de un momento que no nos deja avanzar.


PERDONAR es animarse a avanzar, a liberarnos del dolor, a entender que NO SOMOS CULPABLES DE LA IMPOTENCIA DE OTROS, que al final no se trata del otro -sea quién sea-, sino de nosotros, de nuestra historia, de nuestra alma. Perdonar es botar todo lo que nos hizo daño, es decirle al universo: "AL FIN SOY FELIZ", es sonreír, es cerrar correctamente un capítulo de nuestra vida.


Si bien perdonar es difícil, ocurre otro momento que es mucho más difícil, y por lo que los terapeutas cobran mucho: PERDONARSE, soltar la culpa, de volver a existir. ¿Por qué perdonarnos? Porque muchas veces ese momento que nos detiene en el pasado va en una ruta de doble vía, porque parte de dejar el pasado atrás es saber que tú estás en paz.


Cuando no nos perdonamos seguimos pensando en el error que cometimos -aún cuando sentimos que el error es de otros-, nos condenamos a revivir ese momento una y otra vez como castigo, como señal latente de que nunca se perdió. Perdonarnos es avanzar, es entender que el pasado quedó atrás, es liberarnos.


A mí me costó casi un año lograr perdonarme por todos esos errores, ahora soy consciente de que di todo de mí y no me arrepiento, el perdonar me ha hecho estar lo suficiente preparado para escribir mi nueva historia, para saborear con felicidad cada momento de la vida, a disfrutarla, a dormir en paz y a seguir adelante.


Los recién nacidos vienen sin culpa, por lo que viven sin ese temor, nosotros somos quiénes le enseñamos ese sentimiento pero olvidamos de enseñarles a pedir perdón... y si eres viejo, deja ir todo lo que te hace mal, para que cuando te vayas de este mundo, te vayas en paz como un recién nacido.


Este es mi consejo: PERDONA, todos tenemos a quién perdonar y no se lo niegues, no esperes que sea tarde y nunca poder dárselo, porque luego la culpa carcomerá tu alma.... PERDONATE, deja atrás tu propia culpa, todo ha sucedido de la forma en que debió, y al hacerlo, podrás recibir tu vida con los brazos abiertos.


PERDONAR Y PERDONARSE ES CRECER.



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