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Juit y Yo

Hay personas que te llenan de alegría y de mucho amor, que con su abrazo o sonrisa te cambian el mundo, es decir, su sola presencia es la luz... bueno, eso me sucede con mi hija perruna: Juit.


Juit es una labradora mestiza, que llegó un 15 de febrero del 2016 a mi hogar, pero nació un 17 de diciembre (signo: Sagitario), adoptada de un albergue, quiénes rescataron a la mamá y a sus 15 cachorros tiradas en la basura; no puedo entender cómo puede existir personas que tienen perros para dejarlos en la calle luego y más cuando son hembras.


Desde inicios de año, mi ex y yo pensamos en incluir un nuevo integrante a la familia, y como parte de entrenarnos para ser padres, decidimos tener un cachorr@ y adaptarnos para ser padres... como es idea de todos, pensamos en comprar uno de pedigrí, pero por el consejo de una compañera de oficina, preferimos adoptar y así fue como llegamos a este grupo de Facebook que se encargan de rescatar perritos de la calle y encontrarles un buen hogar.


Hurgando en su fanpage, encontré la foto de una cachorra que le pusieron de nombre "Banana", su hermoso rostro y lo pequeña que era, me encantó y pedí la información necesaria para ella... a los días se contactaron conmigo y me enviaron unos papeles para su ADOPCIÓN, así como leen: adopción, lo que me dio muy buena espina del lugar, porque en verdad buscan lo mejor para sus refugiados. Al día siguiente me llama la contacto del albergue para darme una noticia: "Italo, te llamo para decirte que Banana ya está adoptada pero tenemos a su hermana, Berenjena, quién es igualita, ¿te gustaría adoptarla?", a lo que respondí con todas ganas SÍ.



A la semana nos entregaron a Berenjena, quién llegó con unos 15cms. de largo, las orejas caídas y su colita enrollada como chanchito, cuando llegué a casa, estaba todo emocionado en recibir, para mí, mi hija, pero la pobre aún estaba en su fase de aclimatarse con nosotros... y no le llevó mucho tiempo en hacer de mi casa, su casa. Las primeras semanas fueron tranquilas, la llevamos al veterinario para ponerle sus vacunas y la revisaran, en su cartilla le pusieron como nombre: Juit Díaz, por eso en mi separación, me quedé con los derechos de mi hija.


Como toda fase de crecimiento, Juit hizo varios destrozos, por lo que fue difícil enseñarle a comportarse, principalmente dónde hacer sus necesidades y sus horas de salir a la calle; mientras, el albergue me escribía, al principio todas las semanas y luego cada mes, para saber cómo estaba Juit y que le pasara fotos, en una de esas conversaciones me enteré que a la pobre ya la habían devuelto 2 oportunidades antes de llegar a mí... ¿cómo alguien puede devolver un animalito si ha aceptado darle cobijo?, ¿qué falta de corazón puede tener una persona para decirle NO a un animal que desde un inicio aceptó cuidar?, las personas nos dan sorpresa.


Los primeros 6 meses estábamos contentos por tener a Juit, principalmente porque no era de ladrar, hasta que los vecinos del frente trajeron a sus canes y empezó la competencia del macho alfa, y, para ser hembra, mi hija ladra como si fuera macho y se impone como pitbul.


I. Travesuras.- Voy a contarles un par:

  1. Para navidad compramos un par de almohadas de Papa Noel para ponerlos en el sofá de la sala, un sábado salimos un par de horas para hacer las compras de regalos para los sobrinos, regresamos y ni bien abrimos la puerta, toda la sala estaba llena de relleno de almohada y Juit al centro de todo con una gran sonrisa de oreja a oreja... mi cara de felicidad cambió a ira, por lo que, ella salió apurada y se escondió debajo de la cama para no salir por un buen rato. No quedó otra que recoger su "regalo".

  2. Al año siguiente, pasé Navidad en casa de mis padres, por lo que al veterinario le pedí las gotitas para tranquilizar a Juit, antes de irme le di de tomar la dosis recomendada, con lo cual quedó dopada. Regresé varias horas después, entró a casa y ella no salió a mi encuentro, voy hacia el dormitorio, la pobre está echada al pie de la puerta, se levanta -aún algo dopada- y lo primero que veo es el hueco que le hizo a la puerta. Debo pensar que con los fuegos artificiales y la puerta cerrada, Juit pensó que la dejé afuera y asustada empezó a tocar la puerta, y con la desesperación para entrar, hizo el agujero en la puerta.


Así como sus grandes travesuras, infinidad de camas que se comió -principalmente por la espuma-, una mascota te da el amor más incondicional si la sabes cuidar, no sé que hubiese hecho si ella no hubiese estado a mi lado durante mi tiempo de duelo post-rompimiento. Juit siempre estaba echada a mi lado -como un humano, con su cabeza en la almohada-, cuando me veía triste, con su patita me tocaba el rostro y luego me daba sus lenguazos -señal de beso en los perros-, o simplemente se acercaba más.


II. Curiosidades.- Para que la conozcan:

  1. No le gusta quedarse sola, ya que siente que la van a abandonar -como les dije, ya 2 veces la rechazaron y se ha quedado con esa idea. Así que cada vez que salgo debo rascarle la cabeza y decirle: "ya nos vemos hija. No demoro".

  2. Ama las pelotas, por lo que, si ve en el parque que juegan fútbol, ella va corriendo; es una excelente portera.

  3. A pesar de que tiene más de 4 años, aún siente que es una cachorra.

Nuestras mascotas empiezan a adquirir las costumbres de sus dueños, es así que durante toda esa fase, sé que a ella también le afectó, de tener a 2 padres que la cuiden, ahora sólo tenía a 1; y la mayor parte del tiempo iba a la oficina a trabajar, por lo que comía sólo cuando estaba a su lado, y lloraba la mayor parte del tiempo, sé que esperaba que llegara la otra mitad, pero luego se acostumbró a tenerme sólo a mí... se volvió más territorial, es así que no se adapta fácilmente con las visitas.


Al final, Juit se volvió mi principal compañía, ya estamos juntos 4 años y 7 meses, he aprendido a conocer cada detalle de ella, sé que le tiene miedo a los globos -a los cuales les ladra-, odia el sonido de la aspiradora y se va corriendo a esconderse debajo de la cama, sólo debo decirle: "vamos" y ya está en la puerta lista para sacarla; antes de salir debo decirle: "ya regreso, no me voy a ir" sino empezará a llorar, sé que cuando se le hace una cresta de la nariz a la cola, va a atacar.


Ella también me conoce, sabe que cuando le pongo papel en la cocina en la noche, ya es hora de que se vaya a su cama a dormir; sabe que los fines de semana -cuando trabajaba en oficina- estaremos tirados en la cama viendo televisión, sabe que canciones me pone triste y va abrazarme. Juega con mis manos como señal de que quiere que la abrace, se pone a mis pies cuando estoy en casa frente a la PC... somos un equipo, somos una familia.



Juit está para mí y yo estoy para ella, y juntos celebramos el día del padre y el de la familia, para mí es mi hija perruna y nadie va a cambiar mi pensamiento en eso.


Para todos los que tenemos una mascota, sabemos que ellos sólo quieren una cosa: que los amemos, y ellos nos enseñan lo que es el desprendimiento y las responsabilidades, a fomentar una nueva comunicación, a crear nuevas familias... no sé cuánto tiempo más me va acompañar, pero pasaré mis mejores tiempos a su lado.


Si quieren ver su día a día, este es su Instagram: @Juit_Labrador.

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